El ejército de Estados Unidos lanzó con éxito un misil balístico intercontinental (ICBM) Minuteman III desarmado desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California la madrugada del miércoles. Esta prueba de rutina, denominada Glory Trip 254, tenía como objetivo mantener la preparación dentro del arsenal nuclear de la nación.
A la 1:35 a.m., hora del Pacífico, el misil balístico intercontinental se elevó más de 4.200 millas (6.760 kilómetros) hacia el oeste antes de impactar un campo designado en el sitio de prueba de defensa de misiles balísticos Ronald Reagan de las Islas Marshall. La trayectoria de vuelo y la distancia fueron cruciales para demostrar la capacidad del misil para alcanzar los objetivos previstos.
El lanzamiento de prueba fue controlado meticulosamente por personal del Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea (AFGSC), quien inició el lanzamiento mientras estaba en el aire a bordo de un avión E-6B Mercury de la Marina de los EE. UU. utilizando el Sistema de Control de Lanzamiento Aéreo (ALCS). Este sistema, crucial para mantener el mando y control nuclear durante emergencias, pone de relieve los intrincados procedimientos involucrados en el manejo de tales armas.
Aunque desarmados, el ejercicio fue mucho más que una simple demostración de distancia. Los funcionarios de la Fuerza Aérea enfatizaron que el objetivo principal era evaluar rigurosamente cada aspecto del sistema Minuteman III. “El GT 254 no es sólo un lanzamiento, es una evaluación integral”, explicó la teniente coronel Karrie Wray, comandante del 576.º escuadrón de pruebas de vuelo de Vandenberg, destacando la recopilación de datos como fundamental para verificar la confiabilidad y precisión.
Mantener esta flota envejecida sigue siendo primordial incluso cuando Estados Unidos se prepara para reemplazarla con el LGM-35 Sentinel para 2030. “A medida que nos modernizamos al sistema de armas Sentinel, debemos continuar manteniendo la preparación de la flota Minuteman III existente”, afirmó el general S.L. Davis, comandante de AFGSC, subrayando la necesidad de un plan de transición sólido.
Este lanzamiento se produce en un contexto de crecientes ansiedades nucleares a nivel mundial. La directiva del presidente Trump en octubre de reanudar las pruebas de armas nucleares de Estados Unidos después de una moratoria de 33 años intensifica aún más estas preocupaciones. Si bien tanto Rusia como China han suspendido tales pruebas desde principios de la década de 1990, su continuo desarrollo de potentes misiles balísticos junto con Estados Unidos crea un entorno estratégico inherentemente inestable.
La prueba Minuteman III sirve como un crudo recordatorio de las capacidades tecnológicas duraderas –y los profundos riesgos– asociados con el armamento nuclear en el siglo XXI.
