Los recientes avances en la secuenciación del ADN han proporcionado a los investigadores una visión sin precedentes de la vida de los denisovanos, un antiguo grupo de humanos que coexistió con los neandertales y los humanos modernos en Asia. Por segunda vez, los científicos han secuenciado con éxito el genoma completo de un denisovano, extraído de un diente de 200.000 años descubierto en una cueva siberiana. Este descubrimiento innovador ha ampliado drásticamente nuestra comprensión de la historia de Denisova, revelando una imagen mucho más compleja de lo que se imaginaba anteriormente.
Múltiples poblaciones denisovanas y mestizaje
Los nuevos datos del genoma indican que existieron al menos tres poblaciones distintas de denisovanos, cada una con su propia historia única. Lo que es particularmente sorprendente es la evidencia de que los primeros denisovanos se cruzaron repetidamente con otros grupos humanos antiguos. Esto incluye no sólo el mestizaje con los neandertales –un fenómeno ya establecido– sino también con un grupo de humanos antiguos aún no identificado.
“Este estudio realmente amplió mi comprensión del universo de los denisovanos”, dice Samantha Brown, investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de España.
Una ventana al pasado profundo
El diente del que se extrajo este genoma ofrece una visión de un período de la historia humana mucho anterior al genoma denisovano disponible anteriormente. La edad estimada del individuo (que vivió hace aproximadamente 205.000 años) es significativamente anterior al genoma de alta calidad anterior, estimado en entre 55.000 y 75.000 años. Estos nuevos datos arrojan luz sobre una etapa mucho más temprana de la existencia de Denisova y ofrecen información invaluable sobre su evolución e interacciones con otros grupos humanos antiguos.
ADN denisovano en humanos modernos
Los denisovanos ganaron prominencia por primera vez en 2010 cuando se descubrió que el ADN de un hueso de un dedo encontrado en la cueva Denisova en Siberia no se parecía al de los humanos modernos ni al de los neandertales. Investigaciones posteriores revelaron que los denisovanos se cruzaron con los humanos modernos: los individuos del sudeste asiático, incluidos los de Filipinas y Papúa Nueva Guinea, portan rastros de ADN denisovano. Sin embargo, la fuente de este ADN denisovano en los humanos modernos sigue siendo un misterio, ya que se origina en una población de denisovanos de la que los científicos saben muy poco.
El mestizaje con los neandertales y un grupo misterioso
El genoma recién secuenciado confirma aún más el frecuente mestizaje entre denisovanos y neandertales, que a veces compartían territorio cerca de la cueva Denisova. Es importante destacar que el genoma contiene evidencia de una población de neandertales que vivió entre 7.000 y 13.000 años antes del individuo cuyo diente fue analizado. Este grupo de neandertales no coincide con ningún genoma conocido, lo que sugiere que los denisovanos se cruzaron con un linaje de neandertales previamente desconocido.
Quizás el hallazgo más convincente sea la evidencia de mestizaje con un tercer grupo no identificado de humanos antiguos. Este grupo había evolucionado de forma independiente durante cientos de miles de años, separado tanto de los denisovanos como de los humanos modernos. Si bien Homo erectus, conocido por ser el primer homínido que emigró fuera de África, es un posible candidato, sigue siendo especulación hasta que se pueda recuperar el ADN de esta especie.
“Es infinitamente fascinante que sigamos descubriendo estas nuevas poblaciones”, dice Brown.
Estos descubrimientos resaltan la complejidad de la evolución humana antigua y las líneas borrosas entre los diferentes grupos. El nuevo genoma denisovano es una pieza vital del rompecabezas, que impulsa una mayor exploración y potencialmente revela ramas aún más desconocidas del árbol genealógico humano.
La investigación en curso sobre el ADN antiguo promete remodelar continuamente nuestra comprensión de los orígenes humanos y la intrincada red de interacciones que han dado forma a nuestra especie.













































