El sol ha desatado recientemente dos importantes erupciones solares de clase X, que han afectado las comunicaciones por radio en una amplia zona que abarca América y el Océano Pacífico. Este estallido de actividad solar está vinculado a una gran mancha solar magnéticamente compleja conocida como AR4274, que ahora se enfrenta a la Tierra, aumentando el potencial de nuevas perturbaciones.
Comprender la actividad solar reciente
Los acontecimientos recientes comenzaron con dos colosales erupciones solares de clase X. Estas llamaradas son la categoría más fuerte de erupciones solares y representan un aumento de energía del sol causado por la liberación repentina de energía magnética dentro de las regiones de manchas solares. La fuerza de una bengala clase X se mide numéricamente; una llamarada X2 es dos veces más poderosa que una X1, lo que demuestra la escala de estas liberaciones de energía.
AR4274, la mancha solar responsable de estas llamaradas, se caracteriza por su complejo campo magnético. Esta complejidad alimenta estas poderosas erupciones. A medida que gira para mirar a la Tierra, es más probable que cualquier futura llamarada que se origine en esta mancha solar se dirija hacia nuestro planeta.
Actividad de llamaradas en curso y posibles tormentas geomagnéticas
La actividad del sol no ha cesado con las erupciones iniciales de clase X. El 5 de noviembre, AR4274 produjo otra fuerte llamarada, clasificada como clase M7.4. Las llamaradas de clase M son menos intensas que las de clase X, pero aun así pueden causar impactos notables en la Tierra. Esta llamarada estuvo acompañada por una “eyección de masa coronal de halo parcial” (CME).
Una CME es una expulsión significativa de plasma y campo magnético de la corona solar. Si bien esta CME en particular no abarca completamente, posee un componente dirigido a la Tierra, intensificado por la detección de un “frente de choque de halo completo” que precede al material principal de la CME.
El Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA está analizando actualmente esta CME para evaluar su impacto potencial. Están evaluando si representa una amenaza dirigida a la Tierra y el nivel probable de “respuesta geomagnética” que podría desencadenar. Una tormenta geomagnética, causada por la interacción de una CME con el campo magnético de la Tierra, puede alterar las operaciones de los satélites, afectar las redes eléctricas e inducir corrientes en las tuberías.
Lo que esto importa: aumento de la actividad solar y posibles impactos
Las recientes erupciones solares y CME son parte de una tendencia más amplia de aumento de la actividad solar. El sol opera en un ciclo de aproximadamente 11 años, pasando entre períodos de relativa tranquilidad (mínimo solar) y mayor actividad (máximo solar). Actualmente nos estamos acercando al máximo solar, que se espera que ocurra a finales de 2024 o principios de 2025, lo que significa que es probable que en los próximos meses se produzcan eventos solares más frecuentes e intensos.
La interrupción de las comunicaciones por radio causada por las recientes llamaradas pone de relieve la vulnerabilidad potencial de nuestra tecnología a la actividad solar. Las fuertes erupciones solares pueden ionizar la atmósfera terrestre, absorbiendo ondas de radio y dificultando o imposibilitando la comunicación. Además, los fenómenos solares incluso más débiles pueden afectar la navegación GPS, las operaciones satelitales y las redes eléctricas.
Actualmente, la NOAA pronostica una probabilidad del 65% de que se produzcan llamaradas de clase M adicionales y una probabilidad del 15% de que se produzcan llamaradas de clase X en los próximos días, lo que subraya la necesidad de un seguimiento y una preparación continuos.
