El cometa interestelar 3I/ATLAS ha vuelto a ser visible desde la Tierra después de completar su viaje detrás del sol. Esta notable vista se debe a Qicheng Zhang, becario postdoctoral en el Observatorio Lowell, quien capturó lo que se cree que es la primera imagen óptica del cometa desde que giró alrededor de nuestra estrella el 29 de octubre.
Zhang utilizó el potente telescopio Discovery del observatorio en Arizona para obtener esta innovadora fotografía pocos días después de que el cometa pasara el perihelio, su punto más cercano al sol. En particular, las imágenes muestran al cometa como una tenue mancha contra el cielo antes del amanecer, y Zhang enfatiza que cada día se vuelve más visible para aquellos equipados con telescopios de aficionados estándar en todo el hemisferio norte.
“Todo lo que se necesita es un cielo despejado y un horizonte oriental muy bajo”, explica Zhang. “No se verá muy impresionante, sólo una mancha, pero será cada vez más visible en los próximos días”. Este avistamiento marca un hito importante ya que 3I/ATLAS se convirtió en el tercer objeto interestelar jamás registrado en ingresar a nuestro sistema solar.
Desde su descubrimiento inicial en julio, este viajero cósmico ha cautivado a los astrónomos con su trayectoria inusual y su velocidad vertiginosa. Estimado a más de 130.000 mph (210.000 km/h), 3I/ATLAS se precipita a través de nuestro vecindario celeste en una trayectoria sorprendentemente plana y recta, muy diferente de las órbitas típicas de los cometas dentro de nuestro sistema solar.
Mientras estaba escondido detrás del sol durante su máxima aproximación, los astrónomos siguieron diligentemente sus movimientos utilizando datos recopilados por telescopios espaciales como la nave espacial SOHO y otros. Esto les permitió continuar reconstruyendo su viaje incluso cuando estaba oculto a la vista directa en la Tierra.
Revelando los secretos del cometa
Incluso antes del perihelio, los investigadores, incluido Zhang, observaron cambios intrigantes en el cometa. Notaron un rápido brillo antes del encuentro cercano con el sol y descubrieron que 3I/ATLAS exhibía un tono azulado distintivo en comparación con nuestra estrella. Esto sugiere que los gases que emanan del cometa desempeñaron un papel importante en su mayor brillo cerca del perihelio. Si bien Zhang cree que el cometa podría seguir iluminándose, se necesitan más observaciones para confirmar esta tendencia.
El Telescopio Lowell Discovery jugó un papel crucial en la captura de estas primeras imágenes posteriores al perihelio. Su posicionamiento estratégico y su capacidad para apuntar bajo en el horizonte permitieron la observación durante esta fase crítica. A medida que el cometa se mueve hacia el norte desde nuestra perspectiva, alejándose del horizonte nororiental, los astrónomos aficionados con telescopios aún más pequeños ahora pueden unirse a la búsqueda celeste.
La evolución de un cometa y preguntas sin respuesta
Las próximas semanas prometen ser un período de intenso estudio para 3I/ATLAS. A medida que se aleja del sol, el cometa seguirá calentándose, lo que provocará que su superficie helada se sublime y libere gas. Este proceso ofrece información valiosa sobre la composición del cometa, lo que esencialmente permite a los astrónomos observar más profundamente su composición.
A pesar de las especulaciones de los medios sobre sus posibles orígenes extraterrestres, el consenso científico se inclina hacia que 3I/ATLAS sea un cometa genuino de un sistema estelar no descubierto dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Incluso puede ostentar el título de cometa más antiguo jamás observado, remontándose potencialmente a tres mil millones de años antes de la formación de nuestro propio sistema solar.
Agregando otra capa de intriga, la investigación preliminar sugiere que la exposición prolongada a la radiación interestelar ha alterado profundamente 3I/ATLAS. Esto podría haber dado lugar a una corteza gruesa e irradiada, lo que la hace significativamente diferente de los cometas que se originan en sistemas estelares familiares. Descifrar este caparazón transformado y comprender sus orígenes planteará importantes desafíos a los científicos. Sin embargo, los próximos meses prometen una gran cantidad de nuevas investigaciones a medida que 3I/ATLAS continúe adornando nuestro cielo nocturno.
“El cometa está saliendo rápidamente del sol”, señala Zhang, “dentro de una semana estará a unos 25 o 30 grados del sol, momento en el cual muchos otros grandes telescopios alrededor del mundo también podrán comenzar a seguirlo”.
